viernes, 4 de junio de 2010

LA CEGUERA DE LOS CUERVOS

La senda de la virtud es muy estrecha
y el camino del vicio, ancho y espacioso.
Miguel de Cervantes Saavedra

Los días de entre los días de mi vida se me hacen un poco impotentes por esa falta de transformación cultural, no nacida de los hombres inocentes. Esa pérdida del amor se adolece en el niño del mundo. Sólo entonces así del vacio de la noche hoy me hundo bajo la quietud de algunas horas inconclusas. Y nada yo quiero hoy como no quiero escuchar a una gente de voz grosera. Por momentos sólo quiero estar solo en reflexión ulterior. El vicio de mi oscuridad persistente se me devuelve mientras tanto como una avaricia del ayer inculto. Era una maldad algo mía y ella algo torpe. Espero solitario ahora y espero desde mi ventana una caída de ángeles trasparentes. Ellos son entregados al auxilio de la humanidad. Pero eso del sueño de los ángeles todavía no se pasea bajo la pesadilla de nuestra rebeldía violenta. De momento yo me presiento sufriendo adentro de una jauría de perros. Ellos matan por matar a la gente de inocencia. De rato en rato nos mordemos como unos perros de la selva. Ahora entonces grito mi delirio y de golpe me devuelvo al suelo ensuciado. Voy ya junto a mí andar de ebriedad algo pasajera. Pienso a la vez en un Esopo de la limpieza fabulosa. Su poética es un recuerdo de moralejas insistentes. Su amor es una enseñanza mundial. Sobre la misma hora yo veo que es tiempo de recordar un metraje de cierta ceguera figurativa. Rememoro ya un poco las imágenes de esa novela del anciano Saramago. Miro por entre el cielo asimismo una suciedad de sociedad. Así se ve caso todo lo malo afuera de mi pieza menguante. Casi todos andamos deformados de arte cultural. Me recuesto entretanto contra la pared del escritorio en donde yo hago que escribo unos cuentos de muerte. Silbo por ahí una parodia de silencio sin los días reales. Pero hoy toca crear y así que es tiempo de hablar sobre fabulas de cine.
A ciegas entre los invidentes de la vida es entonces una metáfora del amor y del desamor humano. Por mi parte me gustó lógicamente la alegoría de reflexión moralista. La cinta es para mí una obra artística que se amarra con un amor sublime. Así pues que yo veo que estuvieron bien dibujados los personajes de una orfandad teatral. La verdad ficcional es abrumadora y luego no hay dudas sobre la existencia del espiral con esperanza y luego un pasadizo de tristeza me deja con el llanto desbocado. Así nomás me veo yo y así se miran muchos amigos del tiempo entre los hábitos de la soledad humana. Sólo silbar un canto de canarios entretenidos. Pero ello del silencio amoroso aleja las mayores repulsiones del ser furioso. Es el ser todavía tan ignorante de bondad entre manos estrechas. Tristemente aquí abajo de las tinieblas lo mas importante es la maldad del materialismo exagerado. Eso es lo que vale entre los matones. Y eso de las tinieblas se reinventa lógicamente con la fantasía de la ceguera del novelista saramago.
Luego matar por matar a un enemigo nos hacer ver como unas bestias frente a otras bestias del recuerdo primitivo. Es ceguera desde luego esa visión fugaz de una humanidad que vive olvidada del universo sublime. Nos perdemos del instante con la experiencia de lo no razonado ciertamente. No miramos hacia donde no miramos realmente. Asimismo todos nosotros matamos las obras más valiosas de la humildad con la cabronada inmunda. Somos orgullosos y crecidos. Sólo se nos interesa la patraña de la politiquería efímera. Esa es así lindamente la fantasía crítica del novelista José Saramago. Una metástasis bien creada junto a su gente del delirio paranoico. La figura poética del escritor portugués es hace además como una resonancia voladora de sonámbulos mentales. Seres muertos del arte de amar como lo diría ovidio. Desde lo profundo se existe es una bronca entre los seres de la creación atrasada. Solo se resbalan las cuchilladas con la sangre de la perfidia. La historia de los ciegos viene siendo luego un ruego para inventar una casa más sociable. Nadie es así nada tolerante entre los hombres de la melancolía. Del dolor diario lo más importante es la cantaleta del hombre irrespetuoso. Aquí el sentimiento del reinado es ser no racional. Es ser roñosos lo que gusta con los amigos. Es ser una vileza destructora lo que seduce la altanería. Ganarse un premio con trampas horrorosas. No importa a quien se pisotea con tal de ganar una máscara de fama ante una sociedad burlesca. Pero luego del teatro todos los disfraces se caen como unos pedazos de carnes muertas.
Entretanto si miro yo las primeras puestas en escena de la cinta ceguera, allí se reluce luego, la locura por una sociedad toda brutal con aplausos de vergüenza. Nos hacemos entre los pequeños niños como los mutantes puramente subterráneos. Se impone así bajo nuestro mundo la opresión de lo criminal. Se celebra la cerdada de lo puerco. Además no se resulta una ayuda comunitaria con la gente marginada. Casi ningún hombre quiere dar un día de apoyo a los niños de la miseria. Somos casi toda la gente mala. Somos unos seres enemigos del pensamiento libertador. No hay tampoco mucho respeto por la posición con el otro ser sapiente. Así nomás entre los mudos días de la muerte sólo se rebusca la maldad contra los semejantes de una inocencia silenciosa. El absurdísimo del poder es loco. La burrada de la mafia es una enfermedad. Además hay un vano ideal por el dinero de barro. Eso nos hace unas lacras cada vez más ignorantes. La ambición por querer ser humillativos contra la otra gente nos rebaja como a unas ratas pestilentes.
De momento la película recrea una muerte odiosa contra la gente despreocupada del mal persistente. Nadie se auxilia entre el desespero del peligro. Abajo del mundo se matan los buenos y los malos son los asesinos de la vida. Allí bajo la ceguera luego cada habitante se mira preocupado de lo suyo y de lo suyo nomás. Mucha gente corre por tener un empleo en un casino de supuesto prestigio. El tiempo es lo primordial en una ciudad explotadora. La poesía es lo inútil en una metrópolis esclavizadora. Sólo importa la hora de la avaricia. Un puesto de trabajo es la esencia del acomodo perfecto. Ser los arrimados de una empresa es nuestro ideal tan precario del día nocturno. Casi ningún ciego se detiene a pensar en un bosque de amores desnudos. Ya luego se deshoja una enfermedad de negrura entre todos los hombres de la burla. Hay además un síndrome de vulgaridad manifestado por parte de los niños no enfermos contra los niños enfermos de la negrura vacilada. Así que de repente aquí se mata a una gente con una enfermedad toda indispuesta. Es además una epidemia algo pasajera que limpia a la humanidad. Los militares por su parte piensan que los ciegos son una plaga toda peligrosa contra la humanidad supuestamente sana. Al mismo tiempo las fieras de la guerra con sus metralletas no hacen sino descalabrar los cráneos de los ciegos mentales. De golpe ellos estrellan las caras de los ciegos contra el suelo mortal. Revientan ellos a los hombres no soñadores. Pero los ciegos mentales no se ayudan entre ellos y luego ellos se matan igualmente a punta de balas solamente homicidas. Balas que se devuelven con la misma miseria. No se siente mientras tanto el respeto por la existencia de un hogar digno. Las calles se convulsionan de basura. No luchamos por hacer una existencia más lustrosa en miras de una ciudad más pacifista. El hombre ante todo lo absoluto no quiere despertar de su pesadilla en la cual sufre su vida toda reprimida. Es su rebeldía la vaina que lo tiene así de mal humillado. Es su ignorancia el verdugo de su sufrimiento como muerte de guillotina. Además es esa forma rezongona de irse contra el presente lo que golpea diariamente al lobo por ser el ser de una tendencia insultante.
Ya de mi parte personal razono la obra del director Fernando Meirelles con un gusto bien de lo vacano. Es una elegancia el imaginario del cineasta de honores para saramago. El tratamiento argumental del drama es todo un viaje de latidos perturbadores. La agonía de nuestras culpas son todas dicientes. La perdición de los ciegos es sugestiva. Desde mi cierta razón yo presiento que hay un miedo constante bajo aquella ciudad alucinada. Los seres que habitan por allí se lo pasan procurando una felicidad de lo efímero. No les importan sino la fama vana del instante. Quieren hacerse ellos con una plata fácil contra la sociedad trabajadora. Se rebusca también con la poesía de la mujer hacer ver como hay unos violadores de injusticia. Ellos son quienes se quieren aprovechar de la debilidad femenina. La inmoralidad no deja de aullar por entre los innumerables rincones de unas calles tenebrosas. Mujercitas violadas bajo la oscuridad de la noche en un catre de encierro. Hay además un sexo ultrajante pegándose contra las paredes del hedor algo descarnado del ser indiscreto. Maldita sea la chanda de los vicios nos daña velozmente con su miseria degradante. Y es la falta de la acción sensible ese odio que se persiste todavía adentro de una ciudad sin espejos reflexivos. Ese es entonces el mundo saramagiano. Ese es entonces nuestro abismo putrefacto. Sobre dicha realidad luego nuestro imaginario existencial deberá procurar hoy otra idea menos turbia. No debemos repetir más la masacre estranguladora.
Por lo demás, hay todavía hombres yéndose solamente contra la matanza tras la otra matanza injusta, ello, será luego irse resueltamente detrás de una muerte de fusilamiento individual. Es algo así como muerte buscada por el verdugo del crimen del ayer. Así que hoy será más oportuno no tomar un vestido de cuervos. No tenemos que ser los fantasmas del sepulcro nocturno. Hoy no hay que ser cuervos de negrura envidiosa. Esa mugre pútrida es una infección que nos arrastra bajo el extravío de una sociedad de tinieblas. De hecho hoy aún sucede adentro de nuestra cárcel todo lo contrario del beneficio colectivo. Entre los tantos perros de la rabia no se expulsa hoy sino la grosería pecaminosa. Durante las muchas situaciones del cotidiano vivir ya hoy no merecemos más miseria porque ya no hay peor lugar que nuestro calabozo de la impunidad. Y así por la tanta perversidad del hombre, hoy vemos en los niños, las marcas de sus cadenas culposas del ayer, luego, hoy sólo os tengo que decir a todos; bienvenidos todos al calabozo de las pesadillas.

Rusvelt...

jueves, 13 de mayo de 2010

EL PASCUALITO DE MI BURDEL

Quien siembra vientos
recoge tempestades.
Refran popular

El ayer de nuestra burda barbarie se tiñe solamente con el homicidio pecador del hombre ensombrecido. Las masacres así nomás se inventan día tras día junto al ritmo del dolor del sentimiento execrable. Sólo reina abajo de nuestro infierno una maldad adentro de todos los seres inhumanos. Eso pasa hoy bajo los días del desprecio del amor sensible. Los enemigos no lo pasamos todos llenos de enfermedades suciamente mentales. Así que del pasado del mundo se fueron deformando por lo pronto casi todas las torturas de lo horrendo atrás de la guerra toda violenta. Aquel ayer fue para mí entonces ese infierno alegórico de la biblia que pintaban los santos. Hace algunos días me pude ver además una película de bombas recién estalladas contra las muchas ciudades europeas. Eran unas masacres de lo más espantosas. Daban ganas de llorar en silencio. Luego tales explosiones del incendiario fuego se recaían contra la mayoría de una gente tristemente victimaria. Ya para mi extrañeza la cinta se llama Pascualino siete bellezas. De todos modos en mi caso de olvido me encantó toda aquella historia del protagonista disperso. El metraje me es además una absoluta machera de recuperación sociable. Pero sucede más mi encanto por lo algo lacrimoso de las muertes criminales. De por allí sólo se encendían los genocidios del desprecio a la vida pacífica. Luego pues se masacraban solamente a los humanos del otro dolor ajeno. Con tales muestras de la realidad se grita así nomás toda una extraordinaria perdición del hombre supuestamente moderno. Eran entretanto los presos de la guerra recién matados sin una misericordia que nunca existió con la dictadura del fascismo. Tal opresión de miseria me hace ver así entonces la degradación de la humanidad malvada. Ellos todos embarrados con los homicidios más putrefactos se sus agonías tan decadentes. Se revuelca seguidamente toda la sobrada ignorancia ante una belleza de lo universal. Luego de haber visto la cinta yo resuelvo la guerra como un real absurdismo que no tiene nada de restricciones mundiales. Lo pienso eso nomás tan fácil porque al hacer una matanza indiscriminada sólo de por allí suelta uno tras otro suicidio de puras muertes de lo mundano. Se pierde el sentido de pertenencia por los otros semejantes. Además con ello todavía se presiente el salvajismo del ser brutal que todavía mata sin pensar siquiera en saber lo digno de la vida. Luego todos los matones se ven cada vez más mal como si ellos estuvieran andando sin alma, entre la montonera de muertos; que ellos no se cansan de estrangulas tan burdamente.
Al entre tiempo, hablar sobre la dureza del homicida, ello, no revive sino nada más que una miseria de muerte contra otra miseria de muerte mundial. Eso de la miseria se da asimismo contra los asesinos equivocados. Ellos después resultan siendo matados de otra forma macabra tal y como ellos mataron muy regularmente su rebeldía. Dichas masacres del mal son representadas además atrás de la invención del Pascualino siete bellecitas. Y así tan ciertamente hay algunos hechos de terror entre las guerras y eso no sucede sino por la falta de la moral entre nuestro inframundo todo sombrío. Somos igualmente unas y otras razas con una sola vergüenza algo universal. Parece la gente sobradamente vacía de la sabiduría esencial. Pero lo peor de todo es que hay todavía una mayoría de muchedumbre yéndose de golpe hacia los abismos de la ignorancia. Sólo hay una oscuridad en los corazones negros de ellos. Al día del hoy pues sólo se sigue engendrando una tronca resolución de matar por matar, la otra vida del hombre. No hay tampoco resuelto casi ningún misionero de la liberación de la paz. Todo por aquí es una mentira tras otra fantasía en donde el fondo de la sociedad sólo procura un beneficia de sentimientos individuales y recién satisfechos. Tampoco por ahora no se viene ningún luchador honorable quien vaya procurando inventar una ciudad de mayores respiros tolerantes. Son ahora muy pocos los santos del intelecto y de la moral espiritual; por eso todavía ardemos en la llamas de una batalla, sin el aparente final de lo digno para las razas de la sin esperanza global.
Ahora nomás por aquí se sucede todo lo contrario de la razón más bien bondadosa. Hay contra lo bajo de una lucha brutal, sólo de golpe resistiendo el renacimiento de las muertes todas abruptas. De pronto luego la sociedad desordenada no hace sino sacar un pocotón de engendros llenos de maleficios. Y así son los seres malhechores quienes van yéndose siempre contra la paz mundial. Pero de su mayor ideal es el sistema de los políticos el que retrae al pueblo del olvido. De tristeza tras desgracia sólo se desboca ya un malestar de la pesadilla más viva del infierno. Hay entretanto una mayoría de tribus de pandillas que se lo pasan muriendo y matando bajo las sombras del brutalismo. Eso pasa por la falta de educación que no se imparte en las ciudades más atrasadas. Pero no son sólo los soldados de la pobreza los que sufren su propia derrota del crimen. Obviamente son además los reyes del dinero. Lógicamente son además los dirigentes de la guerra. Ellos también sufren su matanza intelectual de la derrota humanista. En todo caso así somos todos nosotros los responsables del crimen mundial ciertamente. Algunos niños son culpables de forma directa y otros niños son culpables de una forma algo indirecta. Pero son los perros manejadores de los soldados, ellos son los mayores responsables de la guerra furiosa. Desde luego es toda la ambición personal la cosa que hace asesino al apoderado. Esa locura es lo que hace matar gente inocente. Y mientras tanto hay unos mendigos que no dejan de ser matados. Y luego ellos muriendo otra vez abajo de incomprensión toda desordena. Por lo tanto aquí sólo se grita la horripilancia de una gente horripilante. Luego no resurge ningún ideal filosófico entre los seres indiferentes de la filosofía. Así que al día de hoy, no hace sino estancarse la evolución del espíritu mundano. Todo aquí es estaciona entre los vicios de la locura material. Todos y cada uno de nosotros, activistas del mundo, mientras tanto ni siquiera, decidimos ser una sociedad reaccionaria, que ayude al cambio del rumbo social. Menos mal que con la cinta de pascualino empiezan a salir algunas luces de reflexión mundial.
Sólo entonces así, tras el íntimo suceder de los días, hoy no me da pena decir de que la película, Pascualino siete bellezas, fue para mí una de esas mejores historias que yo haya podido verme dolorosamente entre las horas rotas. Hasta el ayer de mi vida me lo pasaba junto a unos instantes de arte y de amor a la literatura nomás. Era ver antes mi destino algo distraído del pasado enfermizo contra el mundo puercamente violento. Pero luego de mirar, al Pascualito de mi burdel, hay de golpe pegándome en mí una reflexión de moralidad contra mis ojos pacifistas. Ante ello resurge luego para mí otra vida no tan vacilante contra la muerte abominable del ser brutal. Ya una vez pasa la segunda guerra mundial sólo aquí se reluce la cara desvergonzada de los seres maléficos. Se siente toda cansada la equivocación del odio humano. Eran las muertes alemanas un aborto contra toda la sociedad del orden mundial. Las victimas de la inocencia se morían enseguida sin nada entre sus manos embarradas en muerte. Ante todo lo del ayer pues por una lógica de razón recomiendo ver la ensuciada historia de Pascualino. Lo digo porque mirar su vida es repudiar una guerra toda despótica. Lo pienso porque ver su calabozo es sentir todos los homicidios de la barbarie. Era esa la realidad que se paseaba a diario durante la dictadura del fascismo. Y la película de Pascualino es ante todo un grito de objeción contra la inmundicia de los militares nazis.
Ahora bien, si ingreso por otra puerta, yo concluyo hoy, una historia de pascualino con una sobrada indiferencia espiritual. Para su mundo se divertían los odios del robo y de la patraña. Tales espejos de un crimen suyo lo metieron solamente adentro de todo un recuerdo de gritos fatalistas. Pero pese a todo el drama de Pascualino me desprende en pedazos la carne de mi cuerpo físico. Y tal desgarro se sucede cuando él se sabe en los campos de la matanza alemana. Dicha desdicha suya me atrae desde luego un sabor a lamentos de compasión contra las víctimas. De hecho que más condena que ese abismo de Pascualino al momento cuando él tuvo que acostarse con la gorda toda militar. Para tal arrebato angustioso ya sólo digo que se tiene que ser muy berraco en la vida. Ya sobre lo absoluto pues el protagonista tuvo que revolcarse con esa catana de lo más puerca. Además al hombrecito pinto también le tocó ser humillado entre la intimidad para luego poder salir vivo contra toda esa manada de ratas negras. Sucede así entonces una melancolía porque al día de hoy todavía no se lucha por nada real entre los países que no son realmente hermanos. Pero lo peor del caso es que hoy se mata por unas cosas de vergüenza materialista entre los mismos hombres. Sólo se presiente nomás así la muerte miedosamente reventada contra la gente inocente de política. Luego se grita el interés individual contra otro poder más individual; por tal hecho, si miramos ahora, abajo de un trasfondo social, hay todavía hoy una sociedad de perdición, pero ella, sin saber llevar el rumbo de la paz del amor, entre todos los seres del mundo.
Luego por lo bueno de la novela de cine; yo me veo el drama otra vez y enseguida pues se me dan unas ganas de escribir algún relato con solos gritos de la libertad. Tratar de criticar la decadencia de los alemanes desprevenidos. Ver como todos ellos andan tan vacios del sentimiento ajeno a ellos. Saber como se pudrieron sus ideales entre el aroma del crimen de ellos contra la gente inocente. Pareciera además que su raza sólo estuviera matando con la enfermedad mental que ellos no se quisieren quitar tercamente. Hay entretanto el descaro del personaje casualmente urbano. Tal protagonista va saliendo de la ciudad napolitana. Eso de la pobre maldad también se paseaba por entre la ciudad de una desdicha italiana. Pascualino vive allí bajo los días abajo de la ricura entre las putas italianas. Era él un perro del barrio. Fue él además un abusador de nenas hermosas. Por eso Pascualino sufre después su miseria de calabozo enceguecido a causa de sus tan exageradas rebeldías. Sucede así de simplona su pesadilla existencial. De hecho él hubo de ser atrapado por un asesinato que cometió contra un ladrón de prostitutas. Luego su sin destino tuvo que ser atrapado por un grupo de policías todos justicieros del orden algo social. Ya tras los otros ratos del crimen la policía descubrió su aparente desorden de lo mundano. Así que ahí si se soltó su vació de guerra entre sus noches violadas de muerte.
Ahora bien, si hablo sobre las otras cosas del metraje, sólo digo nomás de que hay una historia toda guerrera recién empezando con un ideal de documental. De golpe se van pasando sucesivos recuerdos de los ejércitos nazistas. Las ilustraciones se expresan entretanto con la dictadura de la segunda guerra mundial. Al rato del después ya se pinta una ciudad puramente italiana y antecesora a una segunda guerra mundial. Ya durante el decurso de dicho orden histórico se va recreando un drama de convulsiones políticas. Lentamente el lector visual va deshilando un sistema italiano con ciertos desórdenes sociales. Por allí seguidamente se desnuda la vida nocturna de los burdeles. Además se muestra el espejo de los barrios marginados socialmente. Pero luego se gira todo contra una noche toda muerta. De pronto se inicia la matanza alamana adentro del territorio de la italia nazista al tiempo que se retrata por allí el hábito diario del protagonista adentro de su ciudad napolitana. Desde el ayer suyo pascaulino viene siendo mostrado como un galán que gusta de conquistar a las mujeres atractivas. Así que desde la juventud suya él ya se presiente todo un hombre rodeado de sexo con las mujeres hermosas de su ciudad italiana. Fuera de tal realidad suya ya sus años de madurez se saben bien acompañados al lado de unas amantes del cabaret. Por otra parte el vive con sus hermanas de las siete bellezas. Mientras tanto ya bajo los nocturnos de los burdeles él se pasea de lo lindo entre unas amistades algo traidoras. Por lo tanto su vida llevada sin escrúpulo lo vuelca enseguida hacia un vació de sobrada locura. Fue así entonces tan mal de dibujada la presencia de pascualino bajo un inframundo de sexualidad toda descontrolada; pero para mí, su apariencia de buenmozo, fue un estimulo por querer conquistar a casi todas las chicas linda; que cruzaba por entre las calles del camino de su perdición.
Ya más hacia allá de los sueños, hay volando por allí y hay soplando por allá, una realidad sin imaginación para el protagonista quien no amaba un romance serio con la mujer del amor devoto. El hombre era un gallo pinto de lo más varonil. Per todos los pedazos de sus acciones iban andaban andando sin ningún arrojo de lo preciosista. Se perdía la esencia del amor íntimo. Además por tal indiferencia de poesía yo veo luego como se disloca la madurez de su existencia. Y dicha caída de vida se representa por el accidente que tuvo con el rufián malévolo. Ahora pues la cinta de pascualito me retrata junto con los recuerdos su sociedad europea y ella algo suya. Era ver su ciudad algo absolutamente descarada del amor poético. Desde su pasado de hombre se gritaba era la infidelidad repetitiva. El mundo italiano de dicha época se distrae entonces bajo los suburbios de un real abandono. Tal indiferencia sucede por parte de unos hombres enfermos de riqueza material. Además sólo había un afán por vivir un poco de pasiones locas. Pero esas experiencias insensata no sirvieron casi de ningún beneficio ciudadano. Ahora entonces yo miro en siete bellezas una película con un trasfondo de pobreza italiana. Los muchos lugares de la miseria de las clases obreras son identificados muy oportunamente junto al hábito de un pascualino putañero. Era su ayer una locura de ir a putiar a cualquier hora desprevenida del rencor furioso. Hubo luego allá adentro del ayer una larga metáfora sobre la melancolía de la ciudad italiana. Por lo tanto hay que ir a ver la película varias veces entre la ficción del gusto por el cine social. Luego disfrutar nomás y algo tristemente un aire de putas penumbrosas y adelante del tiempo hay que sufrir ya la segunda guerra mundial tras cada tiro de gracia que sentía contra los inocentes presos. Así que para mí pascualino viene siendo obviamente para mí un clásico del séptimo arte. Además Pascualino resulta ser otra vez un clásico del cine más bien mundial y algo humanitario. Ante la dicha razón, sobre el arte social, pues sólo de golpe se recupera la reflexión para la humanidad; tomar algo de conciencia frente a una sociedad, olvidada del orden igualitario, luego pues inventar otra vida con metamorfosis solamente lindas y más sutiles en aromas vivos y no muertos.

Rusvelt...

martes, 4 de mayo de 2010

SIN HUMANIDAD Y SÓLO INFECCIÓN MUNDIAL

De pronto, el hombre, se hizo un ser carroñero
y él enseguida, quiso comerse toda su basura;
una basura, mal salida de su mente turbada.
Veltiskin

Durante la noche de mi otra noche presente ya no juego adentro el jardín del niño mundano, él, aún un ser contagioso y él aún algo descarado de su incultura. Obviamente hoy ya no hay casi ninguna fauna natural que se parezca a una mera tranquilidad habitual. Toda la lindura de los animales son devorados ahora por los seres humanos y ellos los matan con sus máquinas todas ruidosas. Las aves se mueren entonces de asfixia y las poquitas garzas que consiguen sobrevivir, sólo se van del hábitat de la vida hermosa. Ellas viajan luego hacia lo que poco queda del amazonas. Pero ellas también mueren allí ante una que otra pantera negra y de lo más feroz. Hoy en día pues la infección es demasiada y es el mamífero de dos patas quien daña lo poco que queda de los bosques y de los ríos vivos de música. Así todo lo bueno del medio ambiente lo dañamos toscamente imponiendo unas supuestas tecnologías de desarrollo no tan mundial. Matan hoy a las ardillas, los jóvenes descarados, con sus caucheras de medio tiro. Pero ellos tan niños y ellos sin una educación real. Luego la gente hace comida de perro con las chanditas que se pasean por las calles de las plazas de mercado. Los indigentes entretanto se comen hasta las hojas de los árboles de primavera y ellos luego hasta se tragan la basura, que dejan los vecinos de las casonas lujosas. Que pecado es verlos a ellos comiendo esos desechos que nosotros arrojamos distraídamente.
En todo caso hay una infección tan grande que hasta estamos dañando nuestra capa de ozono del planeta nuestro, no tan azul y si tan gris. Nos quedamos así nomás nosotros sin aire y hoy ni siquiera no ponemos a pensar en un mañana mejor. La suciedad es gigante y ella nos ahoga y nos contagia porque somos casi todos nosotros unos seres sucios, quienes inventamos a esa suciedad. Mira que el ser humano es todavía muy cochino y muy despreocupado, sobre lo que pasa para el otro mañana más negro que el ayer. Así que ahora tenemos que fraternizarnos más con la naturaleza mágica. Debemos querernos más entre todos los seres vivos del mundo y luego pensar pronto en una metamorfosis de vida más humana. Pero como todavía eso de lo lindo, todavía no pasa, yo así mejor me quedo en silencio con la escritura de las ideas sublimes. Y por esa razón yo no voy a bailar entre los árboles del bosque de los niños necios. Ni siquiera yo me asomo a las orillas de los lagos tan fangosos. Sólo veo a unos muchachitos todos arrugados fumando marihuana. Luego el pelado más viejo se pone dizque a meter kokaina y heroína para él dárselas de ser un hombre, pero de lo maduro. Eso no tiene ninguna gracia esencial. En mi caso yo sólo los veo a ellos por ahí desde la ventana de mi casa y de golpe ya me da miedo ingresar al jardín de los huérfanos. De pronto se pasea por allí un amigo bravucón de lo ajeno y me secuestra y enseguida me mata. Al sin final entonces termino siendo una comida más para algún indigente hambriento de por allí del bosque del abandono mundial.
De hecho yo ya ni camino lógicamente por ese sendero de la floresta del otoño con mi novia. Ella tiene una cara de dulzura y de pronto ella se empuerca toda fea si salimos a la calle delirada. Además si soy tan de malas que tal vez viene algún lobo todo vicioso y se me la roba con besos babosos. Ante esta ausencia pues yo que hago. Ponerme a llorarla no sería lo justo que me resuelva el problema. Además eso no arreglaría nada de lo mala y mis pataletas no me la traerían, ni sana, ni salva, ni alegre. Mejor entonces no nos paseamos por entre toda la basura del jardín con un poco de ardillas muertas.
Igual, antes ella y yo, éramos unos enamorados de sin tiempo rutinario. Fuera de eso había tiempo atrás, otros enamorados de turno, mirándose bajo las noches violáceas. Los unos se sentaban en los troncos y los otros se recostaban en los prados de primavera. Cada pareja se dejaba arrastrar con los arrullos de los cantos de los pájaros rojos y pintos. Pero ahora no hay sino mucha soledad, adentro de las ruinas nocturnas de la ciudad paranoica. Sólo se siente un ambiente de guerra y sólo se huele un sabor a putrefacción pesarosa. Luego se pasa por allí uno que otro ladrón quita cadenas de los más risueños. Entre esta veleidad pues ya ni los niños juegan a ser niños. Hoy desde que ellos son niños les toca jugar a ser adultos y ellos se ponen nomás que a recoger la porquería de la otra gente despreocupada del mundo. Y así unos niños dan pica y pala con el sudor de la frente y hay otras niñas que dan hasta su intimidad por unas cuantas monedas de pan y queso. Que mierda es esta mierda en la que todos nos revolcamos descaradamente. Al parecer cada ser de vida va muriéndose en la pereza de su deshora muerta.
Ahora miro por el balcón y desde lo alto casino no veo, ni animales, ni ríos llenos de una limpieza cristalina. Tal vez había más agua trasparente tras el ayer. Tal vez había más aire puro tras el pasado perdido. Hoy sólo hay desechos, bolsas plásticas, llantas rotas, niños abortados y otro pocotón de cosas tóxicas. De hecho hay otro espejo invertido. Aquí los adultos se vuelven niños y muchos de los suyos se ponen a meter bazuco y otro se siente a beber cerveza, sin nada de miradas amorosas, por hacer un mejor día de armonía. Así que cada uno metido en su porro de perico o en su porro de consumismo desbocado. A tal final del rio pues la esperanza se pierde y se aleja de cada rincón de calles olvidadas. Del mismo tiempo se desaparecen las muchas ideas imaginarias por el afán al dinero. No ven que dizque casi no hay tiempo para pensar porque hay que ir dizque al puesto del empleo encarcelador. La gente a su rato vive de lo más acomodada y ellos sólo procurando su beneficio del instante envolvente. Cada criatura ambiciosa de su conveniencia del estrato social y esa apariencia de espanto de que sirve si se es arrogante, hasta con la familia del amor querido.
Al otro lado de los tribunales; pues se sientan los políticos a tirarse vientos tan distraídamente y ya queda listo el sueldo del mes efímero. Eso quiere decir que las políticas andan distantes del pueblo naufragado. Teatros de presidencias que realmente no existen. No se lucha aquí en mi ciudad por construir un estado de progreso con resultados visibles. Todos prometen y prometen castillos en el aire y luego todo se esfuma como el espejismo de un mago todo lleno de trucos baratos. Sólo entonces se siente de que en lokombia no hay sino un circo de payasos quienes ellos, no para de hacer sus puras fiestas de marranos. Aquí y allá reina el facilismo y el aburrimiento que muchos sapos, que quieren seguir de mantenidos tan tragonamente. Pero nada de que brilla el sentido de pertenencia como unos seres humanos de ayuda, entre unos y otros amigos de creación grupal. Al contrario veo que por aquí lo que se retuerce es el egoísmo y la altanería del medio pelo canoso. Por lo obvio de lo obvio se resuelve en este jardín de marranos, una cochera de lo más destejida. No hay aquí nada de ningún juego esencial de vida ordenada, ni hay una vida respetuosa de humanismo. Al rato del rato, pues se pierde el respeto por las reglas del desorden sardónico, un desorden, que se impone muy ventajosamente por las políticas ventajosas. Sólo manda la patraña y el dueño del billete que de a poco se vuelve inútil. Por ese atraso del hoy hay hoy tanta toxicidad nacional y mundial. Tristemente, aquí y allí, no cesa de verse la prostitución, luego se aparece, una pornografía destapada, ella, toda hiriente y agresiva. Que lástima decirlo, pero sólo entonces, tales acciones y verdades, no hacen sino ofender, al hombre y a la mujer de la seriedad familiar. Eso corta la sensibilidad de alma de un solo tajo espantoso. Y por eso es que por eso se vine toda una avalancha de pudrición sobre la humanidad tan palidecida. Por eso hay enfermedad abajo de una aldea de globalización enfermiza. Nosotros somos asimismo unos partícipes violadores del descontrol ciudadano. No se reflexiona sobre la jornada del trabajo humanitario. Nos olvidamos de la vida ajena y ella ida al derrumbe de la otra muerte espantosa. Somos unos seres descarados y somos unos seres dañinos con las cosas dañinas de la mente dispersa. La gente quiere hacer nomás sus bravatillas de regalada gana. Pero del compromiso ciudadano nos olvidamos hasta al día del día cuando se mueren nuestros seres queridos. Y eso si es la tapa de la olla de la indiferencia brutal. El respeto del hogar se nos disuelve como una nieve a pleno sol de mediodía. Hay inventos y hay internet. Hay cosas sintéticas y hay robots. Pero hoy se nos olvida el sentimiento de humanidad; pero hoy no hay amor al mundo de la bondad. Entre tanto, bajo toda la mayoría de perdición del mundo, eso que decimos llamar ciencia política y humana, no es sino una mala película gringa, pero lo peor del caso, siempre presenciado la gente, una mala historia de Rambo.
Que desgracia entonces y que desgracia no ficcional, lo que sufre nuestra gente menos favorecida. Además veo que los políticos gritan voces de lucha por un orden social. Pero luego no hay sino más locura y luego no hay sino más libertinaje de escándalo nuclear. Mientras tanto, se sabe de muchos presidentes, gobernadores, alcaldes, entre otros políticos, ellos, luchando por subir al gobierno y enseguida casi muchos de ellos, suben al estrado arrogante y una vez allá, ellos, se enamoran del despoder monetario y de la corrupción amigisita. La fantasía por el dinero y la ambición por las tierras, los enloquece fatalmente, que al final de la ronda, terminan es dando vergüenza. Por eso a la noche de la noche de hoy, no vemos ni sentimos un mundo nada natural. Ni se siente el buen ambiente de la brisa yendo y viniendo sobre los ríos de un agua, agua que era ayer, tan cenicienta y tan traslúcida como las lágrimas del alma. Mi ciudad del desamor entretanto mi aldea fusilada ahora se mueve como una montonera de chatarra y otro montón de desperdicios mal olientes. Contra ello se suelta desde luego una furia de guerra desbocada. Una guerra como una crisis ante tanta contaminación industrial. Una guerra como un grito de libertad contra tanto despotismo humillante. Luego pues restalla una revolución social de ideales más dignatarios. Ya de golpe se suelta aquí una iracunda tronera de bombas contra la opresión de los enfermos del capital materialista. Fuera de dicho ideal se hace asimismo una reiterada petición, contra la propaganda estrambótica. La propaganda de la mentira facilona. El comercio del interés banal es constante. Pero el problema es que el pueblo no se da cuenta de que todo el pueblo debería ser un inmenso movimiento de liberación social. Todos nosotros debemos ser un movimiento de revolución con fundamentos de ideales humanistas. Tal fuerza de poder será la mejor obertura de solución, frente a la odiosa barbarie del despotismo inconcluso. De hecho el consumo nos corroe el estimulo del delirio individual por entre estos día de barbaridad. Casi todos los hambrientos nos volvemos amañados al hábito de comer una pura chatarra de lo superficial. Ese vicio lo hacemos a casi todas las horas del día. Siento así pues que la ignorancia se grita aquí sobre todos los abismos de una esquizofrenia golpeadora. Y más pasa con el hombre racional, él, vive ahora metido en su paquete chileno del mandato suicida. El suicidio lento nos ahoga lentamente con los vicios y con el descaro del mundanismo. Esas son las ruinas de nuestra noche perdida. Mientras tanto yo veo que mi jardín ya no es un jardín florido, sino solamente es mi jardín ahora, una montaña de puro hedor pestilente. Y sólo por ahí uno que otro arbolito, sin muchas hojas verdes, pero el arbolito, luego dando su algo de frescura a los desechables del sin rumbo de sus muertes y así ellos muriendo sin techo, sin comida, sin alegría, ellos, los indigentes del abandono agónico, muriendo sin vida. Al sin final, sólo entonces, nada de constructos libertarios, entre los hombres, todavía no humanistas; luego entonces, se recae así y allí, una noche desperdiciada sobre otra noche desperdiciada y ya nada de humanidad y ya todos sin paz mundial.

Rusvelt...

domingo, 2 de mayo de 2010

VIVIR SU PESADILLA

Simple y sencillo;
la vida mundana es ese grito
fatal del hombre y la mujer.
Veltiskin

Casi siempre cuando despierto yo veo una pesadilla de días sin cielos y de días sin soles brillantes. Un segundo después presiento otra pesadilla girando bajo toda la sombra de un crepúsculo tardío. Y nada de esperanza en un mundo de horror tan invariable. Mejor sería decir vivir la muerte en una ciudad de puras muertes horrendas. De hecho ahora casi todos nosotros no somos más que unos hombres y unas mujeres de muecas tristemente deformadas. Esa maldad del ser se nos sale por entre la cara de la furia retrayente. El rumbo de los jóvenes ciertamente se quiere vivir sin un rumbo honesto. Por el contrato el camino del andar se hace algo funesto. Así nomás así con este riego de voces inocentes voy prendiendo de una buena vez mi otra ocasión de crítica sobre el cine de una distancia sin una humanidad reflexiva. Yo evoco así pues un sin poema de sobradas hojas negras. El verso es un largo grito de nocturnos bajo las nubes de unas hojas llenas de sangre escarlata. El crimen de una mujer indigna como la muerte de una puerca bastarda parece ser lo cierto ante su propio desorden psicológico. Todo se mueve así adentro así adentro de su alma tan arremolinada entre sus hojarascas naufragantes. Me presiento entonces yo algo furioso por la causa de esa mujer imperfecta. Sólo ella estando con un existir de alejamiento fantástico. De hecho yo acabo de terminar de ver el metraje europeo de vivir su vida. Pero para mí lástima del ser los ahogamientos no me son nada fatales con esta mujer distante de su propio sin destino amoroso.
Luego entonces la ficción de nana se vuela rodando entre una desgana de entre las manos de los artistas visuales. En mi cado yo me quedé dormido un poquito. Me soñé con una ciudad mejor pero de lo sabrosa mientras se paseaba el teatro de las sensaciones pesarosas mujeriles. Eso sentir dicha trama antagónica me botaba al abismo de unos gritos torpemente delirantes. Mi tacto percibía como la atmósfera de ese mundo francés se reventaba fugazmente como si fuera una bomba de guerra. De repente así toda la presencia del instante se me devolvía como si yo estuviera adentro de una colada de cosas pegajosas. Era como saber una sensación de estarme mojando adentro de una humanidad ardiente de sexualidad fantasmagórica. Sólo entonces fue mejor echarme un sueñito de una calma tan tranquila que nos deja, luego, una cargada vida de cansancio existencial. Cada ser se cansa a cada rato ante la tanta degradación tóxica del ser humano. Ese similar cansancio pasa así pues con la cinta de vivir su vida. De repente nos llega de vez en cuando la crisis psicológica; toda estranguladora de muerte.
Grito así luego tan simplemente unos días de noches sobrepasadas por sobre mis ojos de rebasada quietud incomprendida. Me miro en un espejo ensuciado y enseguida me quedo como una duermevela abajo del cuarto sombrío donde yo trato de desnudar algunas de las películas más clásicas. Pero ahora sólo presiento una sola pesadilla de espectros junto con la actriz de la nana burlada. Igualmente ella se mira alejada de una vibración que atrapa los besos bellos del cine. De pronto un día me pongo a ver algo de ciencia ficción cinematográfica y eso me atrae más que la modorra de vivir su vida. Pero en mi casó sé ahora una esencia de terquedad con la nana protagonista del filme. Al verla a ella como actriz no se recrea casi ningún lugar del cine clásico. Su mirada de mujer no pasa de ser alejada y ella algo perdida de su vacua utopía incongruente. Entre otras actuaciones la soledad de dicha mujer no cesa de ser suicidada lentamente adentro de un remolino descaradamente suyo. Se saborean además unos sabores grises de melancolía tan teñida con las lágrimas de una cinta; tanto oscura como blanca. Luego la prostitución de esa mujer se va gritando contra un charco de espantos diabólicos. Así que fue vivir una pesadilla. Eso se mata así nana lentamente contra la terquedad de unos disparos sentimentales profundamente suyos. Toda su furia de momento se suelta contra los hombres del tropiezo rutinario. Nana quiere entretanto ser una mujer libertina. Pero ella no pude ser profundamente libre. Sus acciones del ayer la atrapan con la insania. De la otra razón suele resolverse una sola indiferencia de mujer; que se olvida como una mujer de amor.
Sobre lo otra cara desfigurada, hay ya otro ideal, más idealista del cine; eso fue la historia íntima de nana. Unos de nana muy mal andados por ella contra su gritada desgracia de hedor penumbroso. La mujer quiere ser entonces una mujer descarada contra la vida que ella escoge equivocadamente. Allí entonces se ve que los días suyos se cayeron bajamente bajo un abismo de nada subliminal. Sus sueños luego se perdieron ahogados en un sin mañana de primavera oscurecida. No resulta nada rebosante de agua viva bajo su oscuridad. Por el contrario su tendencia fémina se vuelve trastornada. De su intimidad renace puramente otra mujer más otra mujer fregada de miseria. Ella no deja de pelearse con los hombrecitos de su turno fustigante. Fue luego entonces nana quien procuró una desgarradora muerte criminal. Al final del final se presiente recortada toda su existencia de la no existencia trasformadora. De hecho ella termina muriendo detrás de los disparos mortales de algún hombrecito de mala calaña. Y eso que antes del final yo ya presentía una muerte contra la mujercita de una risa alocada. Fuera de esa cosa de burla se sabe un desprecio femenino al fondo de ella. Por momentos la mujer se sabe tan restregada como si su rostro fuera el de una vampira mirando al cielo derramado de sol picante. Entonces toda su cara se chamusca como una infección putrefacta. Eso pasa así con el destino de esa mujer tan recién prostituida. Sus noches se alejan bajo su hedor de cañerías infieles del orgullo. Contra esa niña de nadas perdidas pues ni las pelotas de ningún marrano se le arriman a darle un afecto cautivo. Entre tanto lo único del querer ser de ella suele ser una actriz famosa. Así que de lo más horrendo de su alma va saliendo una mujer dando pelea contra una humanidad algo suya. Ya más luego se aparece, sobre toda ella, una lluvia de vidrios crepusculares y ellos van cayendo sobre el vacio del ambiente y luego todos esos pedazos traslucidos, fueron cortando toda su cara de suciedad parisina.
Hay ahora entonces una cosa que se rehúye contra todo lo digno del arte habitual sobre vivir su pesadilla. Sucede que para mí el ritmo del drama de nana debió ser distinto. La velocidad seguidora de los sentidos debe ser muy acogedora. Se tienen que inventar algunos movimientos arrasadores tras cada acto culminante de la agonía de una prostituta. Esa vida ficcional te tiene que atrapar fuertemente de rato tras rato de sangre chorreante. Pero allí pasa todo es al revés como sin la narración visual no tuviera ninguna fuerza relatante. No hubo allí entonces ninguna rapidez cinematográfica. No se presintió ninguna dinámica nada fragmentada junto con esa sin magia de los actores mal comprometidos. No se dibuja tampoco ningún interés para hacer alguna pulsión matadora. Esa idea de no terror desde luego rompe con cualquier esquema inesperado. Así pues que ya no se pudo inventar allí, casi ninguna sorpresa de fatalismo.
Mientras tanto yo puedo apreciar un caído sentimiento de desencanto dramatúrgico. La agonía allí se ahoga sin nada de agonía. Esa quietud apaga el gusto por ver un juego de virtualidades distintas. Allí se pierde la realidad virtual que no me agarra sin ningún previo aviso de lo palpitante. No me asustan no por ningún momento atrapador. Ya fuera de esa idea quieta; veo otro ideal y es que esta comunicación visual de godard, parece disolver una fantasía de cine, sin nada espejos rajados.
Luego lo que yo veo viene siendo un derrumbe de puras tragicomedias picarescas. Así que mi realidad maravillosa de pronto resuelve ser una comedia toda llena de malos aplausos humanitarios. No se aparece además ningún ingenio asustador. Esa debilidad rebaja además el costo de una boleta pesimamente comprada. Así que todos los dueños del teatro no tienen nada de derecho de echar a la gente. Ellos tienen que remunerar la bromita del tal godard; mejor que pongan una mitología y ella más presentable.
Ahora bien, si miro otras visiones asombrosas, hay aquí, una creación del poquito cine lentísimo, hecho por el chistoso de godard. El inventor parece ser algo bufoncito y parece que él mantiene todo cargado de carajadas exageradas. De por ratos el metraje de tedio vuelve siendo una ofensa sobrepasada. Al parecer nuestro director no hace sino lanzarme tomates rojos en la cara. Lo hace por la invención suya de contranovela. No se preocupa por lo ficcional y tampoco por lo realista. Tal vez allí faltó una posibilidad de chillidos bien recurrentes y asustadores. De pronto así, si se hubiera hecho una ideología tenebrosa, ello, despertaría una mayor atención sugestiva, ello, originaria además un mejor gusto de audiencia, sobre este género de argumental, casi no ficcional.
Desde luego, si ahora miramos un día sobre otro día, hastiado de hastío, sólo hoy me digo un verso distinto de tristeza y enseguida procuro un poco de alegría. Una mujer desnuda junto a su belleza nocturna. Mientras tanto yo solamente me voy hoy atrás de la fascinación de la ciencia ficción. De hecho yo no quiero ver ya ninguna otra película con ambientes ajenos a mi presencia del instante. Esa construcción cansa al ser ávido de acción y de juegos laberínticos. De mi parte ayer yo pude terminar de ver esa lentísima historia del director godard. Pero para mí la sin gracia de haber llegada al final de su pesadilla siniestra, eso fue algo así como un milagro invertido, ayer, mirando toda una presencia al revés. Luego veía a toda una humanidad evocando esa canción de la paz mundial que tanto deseamos. Me sucede entonces dar mi criterio de aburrimiento sobre algunos de los capítulos mal construidos por nana y su resto de amigos actorales. Se pasea sólo allí una vida no dramática entre los paseantes de las calles desoladas. No hay casi ninguna angustia fatal sino hasta el final algo desinteresado. Además hay una mujer engendrando una mala actuación de pura novatilla. Sus puestas en acción no se iluminan en lo más mínimo de la gracia. Desganosamente ella parece ser una prostituta parisina. La mujer realmente parece estar afuera de la ficción suya. Desde luego la fotografía es fenomenal de momento cuando se pintan las calles disidentes. Eso rescata una que otra mirada de algunos rincones más bien europeos; pero si ahora, yo señalo, la construcción histórica del filme, por lo pronto, elle define, una creación de desinterés individual.
En todo caso yo presiento una rutina de vida hundida abajo de un sopor cotidiano arrastrándose bajo la sociedad francesa. Pues se aparecen allí algunos artistas de francia sufriendo el absurdismo de una ciudad algo infecciosa. No hay sino decadencia en cada cloaca callejera. Toda la locura de un contra arte se hace asimismo presente con la primera escena contradictoria de vivir una locura. Esa inicio de lugar te suelta de golpe una sobrada montonera de pesadillas espejantes. La toma visual del desconcierto comienza raramente adentro de un bar de clase urbana. Hay mientras tanto una pareja de esposos prendiendo en llamas lo restos de su divorcio. Ellos andan mal humorados y ellos son además grabados de espaldas a la ilusión focal. Ambos se miran entretanto algo distraídos y ellos no saben sino hablar sobre su pocotón de cosas mundanas. La mujer allí se ve algo bonita y bien arreglada con su peinado sesentero. Pero entonces sus muecas retorcidas dicen que ella quiere separarse del marido suyo. Luego ellos dos se distancian y ella deja atrás el apego de su marido. Además ella deja al hijo suyo que ella tuvo distraídamente desde su metáfora intuitiva. Entretanto sobre la intención de grabar de espaldas veo que hay ahora una ruptura con los paradigmas del ayer clásico. Parece ser la toma una propuesta experimental. De todos modos casi no me gustó apreciarla fugazmente. Y por si fuera poquita la broma, todo el público, aquí, no sabe de la realidad alternativa, pues los rostros, ni del hombre y ni de la mujer; no son develados explícitamente, tras la primera captura ficcional. Pasa por ahí nomás la jovencita buenona del bar. Ella sirve los tintos a los dos espesos parlanchines. Entre tanto allí adentro se espera una nada de no esperar nada valioso. Sólo tomar algún café a sorbos lentos junto a una mujer sin sueños vivos. Y la mujer distante del intelecto del hombre; por lo tanto, aquí se muestra una realidad anti social. Recoge el hastío de percibir un día similar al otro día de los sin días. Eso es grita en esa sociedad francesa donde se grabó una nana de pura y física necedad. Además pasa nomás por allá una luna del sol por sobre las caras arrugadas de los romances despedazados. Pero ellos no se dan cuenta del cuento que alguna vez ellos presenciaron tan fugazmente. Un cuento donde todos los humanos se quedaron viejos en los poquitos años del tiempo sin tiempo. Pero después uno presiente alguna multitud de gente y ellos dando las ganas de ser personas distintas; toda una masa de niños, toda una muchedumbre de huérfanos, ellos, queriendo tomar hoy un sueño de más jardines rojos y con ríos de agua más limpia, ellos, tratando de rechazar sus propias pesadillas, tan mortíferas y ellas tan suyas. Y ahí así, sólo entonces, ellos, serán otros seres humanos, ellos ahí sí, viviendo su vida de real evanescencia.

Rusvelt...

jueves, 29 de abril de 2010

MI SUSI DEL PERPETUO SOCORRO

No hay mal que por bien no venga.
Refrán popular

Hoy yo me veo a solas queriendo ver un solo cielo de blancura celestial entre los días del arte artístico. Ahora así tal cual poeta yo me quiero sentir hoy entre un baile de magia escritural recorriendo todo el hábito de las otras almas desprevenidas. Sigo entretanto ese lento decurso de la otra mañana ahogada en vidas muertas. Miro así entonces hacia arriba del mundo soleado mientras el brillo se hace tan fantástico como una lluvia de estrellas en los tiempos del día espejante. Eso me pone un poco más tranquilo que ayer. Así que ahora yo me dejo llevar por el calor del oro que se resuelve tan vivo como un pájaro amarillo. De pronto veo sólo enseguida de que todo mi cuadro de vida se resbala adentro de un desierto vaciado de hombres olvidados por saber amar la poesía. Hay hoy desvestido igualmente un mundo cotidiano del puro estrés social. Hay una gente vacilante en cada rincón depresivo y del odio del orgullo. Ellos lejanamente se pasean junto con los horarios irrealistas del delirio. Ellos se pierden al final de un sin sentido de sobradas deshoras existenciales. Luego junto al día yo miro como cada ser solitario se sabe tristemente arrastrado tras un fondo de tuberías sistemáticas. Así nomás se aparece cada hombre y cada mujer saliendo de su caverna tan temprano como el alba derramada. Luego ellos se sientan atrás del escritorio de sus oficinas perezosas. Los hacen ellos así sólo para ofrecer algo de consumo a sus otros aparentes enemigos.
Entre otras cosas del mundo yo sufro un poquito hasta cuando ellos se lo pasan muriendo entre sus destinos del capitalismo del escándalo. Además del silencio sin arte yo me dejo acariciar por entre un viento que casi no nada con vida. Eso es un susurro de brisa que va paseando sobre mis días del olvido. Entre lo otro lindo las hojas de los árboles se levantan por sobre mi ciudad del ocobo desnudo. Mi ciudad es un poco mía y hay veces cuando ella se pinta de un baile de folclor colombiano. Esa fiesta suya se prende de alegría entre las cumbias del ayer y atrás de cada mitad de año de los otros días posmodernos. Todo viene así lentamente y de repente se recuerda entre una jolgorio colombiano mientras se ve ruborizado cada borracho del estío tan cansado.
Pero adentro de mi mañana sin bulla ahora no hay fiesta realmente entre las calles del grito hambriento. Hoy la gente anda sin andar nomás por la vida. Ellos sin jugar todos los juegos del juego feliz. Hoy sólo se ve el humor triste de los poetas. Pero ellos queriendo trasformar cada existencia pasajera de los otros seres doloridos. De hecho hoy hay por ahí unas fachadas de caras rotas en algunos lectores voraces del encierro persistente. Pero hay otros seres de odio que ni siquiera saben vivir la vida del amor suyo. Eso del desamor nos llena entonces de una aspereza tan inquieta como una vacilación de besos en donde no se quiere ni con las lágrimas recién derrochadas. Mejor será para mí tal vez tratar de despertar de una siesta para tomar así mi otra cultura social afuera de otro mundo insospechado al hombre mundano. Morir cuando estoy despierto entre la guerra del mundo y de golpe despertar cuando estoy soñando entre la paz del universo eterno. Esa tendrá que ser mi otra realidad alternativa. Sucede así mi ansía de sueño porque hoy casi ningún amigo del mundo casi no se habla con ningún otro vagabundo de la gran sociedad excluyente. Así que hoy se me devuelve un mañana para mí y para la mujer que yo amo. Hoy se me ama la mujer que yo amo con ella tanto entre los abrazos vivos. Yo me amo entre sus besos efímeros. Por lo pronto así yo entonces me engendro una poesía de amor tan linda como el cosmos de donde ella proviene tan digna de belleza. Me pienso entretanto en un primer de romance tan lleno de pureza como el primer beso con esa mujer tan hermosa. Luego me caigo sobre sus pechos de pétalos de agua cristalina. Enseguida yo me arrastro junto con su belleza de mujer. Pero ella de pronto me deja como un invierno de simple tristeza.
Por eso hoy vuelvo al hoy y mejor me leo hoy un poemario de literatura constante. Me dejo llevar tranquilamente por la esencia de los poetas latinoamericanos. De golpe yo me voy atrás del otro viento mientras yo me escondo entre los arrumes de los libros. Me dejo resbalar lentamente junto con una poesía de Guillermo Valencia. Abro el poemario suyo tan arrasador y así entonces yo voy leyendo su pintura del fuego. Me devuelvo al ayer tras cada arrastre del instante y tras cada muda tarde del tiempo sin tiempo que fue suyo. Luego veo que eso de sus versos se asemeja un poco a la monotonía de una vida que se presiente en una película de mi susi del perpetuo socorro. Contra el respeto se aparece ahora entonces un capataz del orgullo tras el recuerdo de una película más bien realista. Enseguida él suelta su sonrisa de mentira contra una susana desequilibrada. Así que hoy cantando con el canto del día del idioma me voy hoy recordando un cuento de Juan Rulfo en donde todo el llano se ardía adentro de las llamas de un despotismo de guerra. Aunque ahora nuestro día del arte no se reluce como un día de verano. Eso pasa así porque hoy sólo hay un comercio de palabras y ellas no son tan voladoras.
Entre los otros sueños hay sin embargo una gente sociable del amor tan confiado. Ellos se quieren enamorar bajo unos días de besos que no cesan de tropezarse entre los poetas universales. Luego hay unos músicos y ellos son más bien evocadores de unas músicas de paz mundial. Lentamente hay luego unos versos de vida que ahora se recorren por entre las villas del furor del campo primaveral. Mientras tanto hay un muchacho que mal esperó por un abrazo de alguna mujer que amó con locura. Pero ella parece ser una mujer perversa. De todos modos el muchacho si se dejó cautivar por esa mujer de maldad bajo una mañana chorreada de soles grisáceos. Ahora entonces él se siente con su corazón roto y él ya casi no quiere pensar en su susana traidora. De pronto por ahí él sólo se ve volado de su vida pesarosa. El muchacho se vuela por ahí nomás de su realidad leyendo una literatura fantasmagórica. De hecho hay allí adentro de su alma hay un escritor libertario. Ahora todo se desaparece con la blancura de las nubes. Luego para mí dejo el poemario y enseguida me veo mejor una pantalla de cine. Así que hay una angustia visual que se hace tan palpitante como la angustia poesiana. Todo aquí va siendo rodado como una vida de película realista. Esa cinta trata sobre una invertida susana perversa. Entre otras cosas veo que la narración visual fue creada por el cineasta Luis Buñuel. El hombre cineasta fue un director de cine surrealista y luego él hizo algo de cine reflejista. Fue así entonces Luis Buñuel quien se dispuso por retratar una historia de vida con la susodicha mujer; la susana perversa.
Pero digo otra cosa bien importante y sucede de qué hace unos años atrás del tiempo hubo un sueño de cine surrealista con el perro andaluz del buñuel. La cinta del desequilibrio tuvo mientras tanto mucha acogida por esa crítica vinagrosa. A los críticos del ayer les gustó mucho la obra del cineasta español. De todos modos hoy aprecié mejor la obra de una susana perversa. Yo la veo otra vez para criticarla más justamente. Rememoro ya entre las imágenes de que hay una mujer no tan desbordada de perversión. Susana tomaba más bien unas actitudes de niña malcriada. Ella se lo pasaba cargada de furia contra su propia vida sufriente. La mujer andaba retraída desde que estuvo muriéndose en un reformatorio de porquería. Ella por su parte se escapa pronto de allí ante tanto sufrimiento discordante. Era ella apenas una mujercita algo desvariada. Entre los días se supo que susana dormía entre unas y otras ratas putrefactas de cañerías. Luego ella despertaba bajo su soledad de sin amigos y sin su vida cotidiana por la causa de su menguado encarcelamiento. Por tal razón susana decide escaparse de su calabozo. Al rato ya se sabe que dicha mujer se presiente con una infancia absolutamente dislocada con su tiempo normal. Se presiente además de que susana quiere liberar toda su represión sexual. Por si fuera poco yo veo ahora que nuestra protagonista llega a un pueblo de lo más tranquilo. Ya luego de que ella se pone a vivir de sirvienta en la finca del señor Guadalupe; vemos que esa misma mujer, pone a casi todo el pueblo con la pura locura suya. Eso deja entonces un desborde de liberación por parte de algunas personas que se sienten mal reprimidas. No hay sino ausencia de esperanza cuando una persona se sabe bajo la oscuridad del olvido; así nomás, la lluvia de la noche se chorrea por entre la orfandad de una susana cargada de soledad.
Ahora no hay nada de nubes de blancura. Puramente hay hoy un largometraje que me gustó por los ratos tan chistosos. Hay unas paradas en donde se resuelve un ambiente de compasiva pesadumbre con los hombres babeantes por esa mujer facilona de susi. Además hay otras partes de la película que son bien jocosas. Por ejemplo hay una parte en donde los campesinos se mueren por tener una francachela con la divina de susi. Por tal razón hoy veo de qué ayer no se hizo tan lento ese melodrama de la risa pegajosa. Ese pasó así porque el sentimiento que hoy dejan todos los enamorados de susana. Todo allí se divierte entre un baile de alma grises que quieren amar a una muchacha tan gris como ellos.
Pero antes bien, si hablo un poco sobre el director español, veo que Luis era amigo del escritor Julio Cortázar. Así que tal vez por eso había un reboso de humor en toda esta historia muy dramática. En mi caso yo digo que no sé tanto de cine. Pero hay adentro del teatro de susana una chabacanería más bien contagiosa. Esa cosa de mofa contra la farolería me agrada pero de lo lindo. Eso ver a mi susi del socorro es ver una chespirita del cine arte. Además yo siento que un espectador de chaplin se ríe también hasta más no poder con las ocurrencias de Susana y todo su resto de amigotes. Pero hay que decir que ella viene siendo una payasita finalmente. Así que hay que morirse con todas esas bromas hasta quedarse uno cansado de tanta risa reunida; eso es lo más usual en esta cinta tan colorida.
Pero sea bueno o no sea tan bueno, quiero decir una cosa clásica; pasa de que hay unas paradas de imitación también algo cantinflona. Eso es buenísimo en comparación con mi susi sin rumbo y ella sin su vida equilibrada. No falta sino la madrina de cantinflas para cerrar el cuadro del curioso amor. Por lo demás ahora digo que la sociedad parecer ser algo inocente. Y eso no es una cosa nada mala para este género del arte antiguo. Para mí tal infancia resulta ser una oportuna conspiración de bondad. Eso demuestra además la normal amistad que tiene la gente de toda esa ciudad mexicana. Su cultura por lo general habla mucho del hola mano y con el hola don anastacio. Por lo tanto yo siento lo popular como algo puro y con puras almas blancas; entretanto, yo veo la vida mexicana dejando con lindura, un sabor a boca de diversión.
Ahora bien, sobre otras cosas idealistas, si vuelvo al film de susana, hay igualmente predispuesta una sosegada perversión en su profundidad de ella. Además faltó ver nomás a Susana con los calzones abajo y la falda subida. Luego ella algo desnudita entre los brazos de otro hombre por ahí tan dicharachero como ella. Y así entre lo impuro se presiente lo loco de una sociedad loca. Entre otras ideas yo no tengo dudas de que la mujer era atractiva pese a sus tantos arrojos de la infidelidad. Pero por si fuera poquito hay todavía otro conflicto y era ese gusto de susi por irse de pronto a la cama con cualquier hombre que fuera suyo por entre su destino. Entretanto las intenciones de esa mujer suceden por ese mundo suyo tan vacilante. Era susi una mujer con ciertos desequilibrios mentales y por eso su actitud tan golpeadora con el capataz y con el literato. Se sabía ella sufriendo entre ratas de alcantarillas. Quería poner entonces ella su sufrimiento en la otra gente. Además su vida se sabía sin vida mientras ella se moría adentro de su mazmorra viciada. Ya más luego de esa fuga suya; sólo hay un paseo por un pueblo algo suyo y tan campestre como la selva virgen; por lo tanto, si hay un buen cineasta mirando ese cine del ayer; dicho cineasta presiente un sinfín de fatalismo. Así que luego del tiempo sin tiempo se aparece la policía y ellos dan por fin con mi susi farolera; sólo entonces así, para ese sin final suyo, ella vuelve al abismo encarcelado y ella, otra vez, sin su vida de libertad y luego se apaga su otro día de arte sin el arte de mi susi del socorro.

Rusvelt...