domingo, 2 de mayo de 2010

VIVIR SU PESADILLA

Simple y sencillo;
la vida mundana es ese grito
fatal del hombre y la mujer.
Veltiskin

Casi siempre cuando despierto yo veo una pesadilla de días sin cielos y de días sin soles brillantes. Un segundo después presiento otra pesadilla girando bajo toda la sombra de un crepúsculo tardío. Y nada de esperanza en un mundo de horror tan invariable. Mejor sería decir vivir la muerte en una ciudad de puras muertes horrendas. De hecho ahora casi todos nosotros no somos más que unos hombres y unas mujeres de muecas tristemente deformadas. Esa maldad del ser se nos sale por entre la cara de la furia retrayente. El rumbo de los jóvenes ciertamente se quiere vivir sin un rumbo honesto. Por el contrato el camino del andar se hace algo funesto. Así nomás así con este riego de voces inocentes voy prendiendo de una buena vez mi otra ocasión de crítica sobre el cine de una distancia sin una humanidad reflexiva. Yo evoco así pues un sin poema de sobradas hojas negras. El verso es un largo grito de nocturnos bajo las nubes de unas hojas llenas de sangre escarlata. El crimen de una mujer indigna como la muerte de una puerca bastarda parece ser lo cierto ante su propio desorden psicológico. Todo se mueve así adentro así adentro de su alma tan arremolinada entre sus hojarascas naufragantes. Me presiento entonces yo algo furioso por la causa de esa mujer imperfecta. Sólo ella estando con un existir de alejamiento fantástico. De hecho yo acabo de terminar de ver el metraje europeo de vivir su vida. Pero para mí lástima del ser los ahogamientos no me son nada fatales con esta mujer distante de su propio sin destino amoroso.
Luego entonces la ficción de nana se vuela rodando entre una desgana de entre las manos de los artistas visuales. En mi cado yo me quedé dormido un poquito. Me soñé con una ciudad mejor pero de lo sabrosa mientras se paseaba el teatro de las sensaciones pesarosas mujeriles. Eso sentir dicha trama antagónica me botaba al abismo de unos gritos torpemente delirantes. Mi tacto percibía como la atmósfera de ese mundo francés se reventaba fugazmente como si fuera una bomba de guerra. De repente así toda la presencia del instante se me devolvía como si yo estuviera adentro de una colada de cosas pegajosas. Era como saber una sensación de estarme mojando adentro de una humanidad ardiente de sexualidad fantasmagórica. Sólo entonces fue mejor echarme un sueñito de una calma tan tranquila que nos deja, luego, una cargada vida de cansancio existencial. Cada ser se cansa a cada rato ante la tanta degradación tóxica del ser humano. Ese similar cansancio pasa así pues con la cinta de vivir su vida. De repente nos llega de vez en cuando la crisis psicológica; toda estranguladora de muerte.
Grito así luego tan simplemente unos días de noches sobrepasadas por sobre mis ojos de rebasada quietud incomprendida. Me miro en un espejo ensuciado y enseguida me quedo como una duermevela abajo del cuarto sombrío donde yo trato de desnudar algunas de las películas más clásicas. Pero ahora sólo presiento una sola pesadilla de espectros junto con la actriz de la nana burlada. Igualmente ella se mira alejada de una vibración que atrapa los besos bellos del cine. De pronto un día me pongo a ver algo de ciencia ficción cinematográfica y eso me atrae más que la modorra de vivir su vida. Pero en mi casó sé ahora una esencia de terquedad con la nana protagonista del filme. Al verla a ella como actriz no se recrea casi ningún lugar del cine clásico. Su mirada de mujer no pasa de ser alejada y ella algo perdida de su vacua utopía incongruente. Entre otras actuaciones la soledad de dicha mujer no cesa de ser suicidada lentamente adentro de un remolino descaradamente suyo. Se saborean además unos sabores grises de melancolía tan teñida con las lágrimas de una cinta; tanto oscura como blanca. Luego la prostitución de esa mujer se va gritando contra un charco de espantos diabólicos. Así que fue vivir una pesadilla. Eso se mata así nana lentamente contra la terquedad de unos disparos sentimentales profundamente suyos. Toda su furia de momento se suelta contra los hombres del tropiezo rutinario. Nana quiere entretanto ser una mujer libertina. Pero ella no pude ser profundamente libre. Sus acciones del ayer la atrapan con la insania. De la otra razón suele resolverse una sola indiferencia de mujer; que se olvida como una mujer de amor.
Sobre lo otra cara desfigurada, hay ya otro ideal, más idealista del cine; eso fue la historia íntima de nana. Unos de nana muy mal andados por ella contra su gritada desgracia de hedor penumbroso. La mujer quiere ser entonces una mujer descarada contra la vida que ella escoge equivocadamente. Allí entonces se ve que los días suyos se cayeron bajamente bajo un abismo de nada subliminal. Sus sueños luego se perdieron ahogados en un sin mañana de primavera oscurecida. No resulta nada rebosante de agua viva bajo su oscuridad. Por el contrario su tendencia fémina se vuelve trastornada. De su intimidad renace puramente otra mujer más otra mujer fregada de miseria. Ella no deja de pelearse con los hombrecitos de su turno fustigante. Fue luego entonces nana quien procuró una desgarradora muerte criminal. Al final del final se presiente recortada toda su existencia de la no existencia trasformadora. De hecho ella termina muriendo detrás de los disparos mortales de algún hombrecito de mala calaña. Y eso que antes del final yo ya presentía una muerte contra la mujercita de una risa alocada. Fuera de esa cosa de burla se sabe un desprecio femenino al fondo de ella. Por momentos la mujer se sabe tan restregada como si su rostro fuera el de una vampira mirando al cielo derramado de sol picante. Entonces toda su cara se chamusca como una infección putrefacta. Eso pasa así con el destino de esa mujer tan recién prostituida. Sus noches se alejan bajo su hedor de cañerías infieles del orgullo. Contra esa niña de nadas perdidas pues ni las pelotas de ningún marrano se le arriman a darle un afecto cautivo. Entre tanto lo único del querer ser de ella suele ser una actriz famosa. Así que de lo más horrendo de su alma va saliendo una mujer dando pelea contra una humanidad algo suya. Ya más luego se aparece, sobre toda ella, una lluvia de vidrios crepusculares y ellos van cayendo sobre el vacio del ambiente y luego todos esos pedazos traslucidos, fueron cortando toda su cara de suciedad parisina.
Hay ahora entonces una cosa que se rehúye contra todo lo digno del arte habitual sobre vivir su pesadilla. Sucede que para mí el ritmo del drama de nana debió ser distinto. La velocidad seguidora de los sentidos debe ser muy acogedora. Se tienen que inventar algunos movimientos arrasadores tras cada acto culminante de la agonía de una prostituta. Esa vida ficcional te tiene que atrapar fuertemente de rato tras rato de sangre chorreante. Pero allí pasa todo es al revés como sin la narración visual no tuviera ninguna fuerza relatante. No hubo allí entonces ninguna rapidez cinematográfica. No se presintió ninguna dinámica nada fragmentada junto con esa sin magia de los actores mal comprometidos. No se dibuja tampoco ningún interés para hacer alguna pulsión matadora. Esa idea de no terror desde luego rompe con cualquier esquema inesperado. Así pues que ya no se pudo inventar allí, casi ninguna sorpresa de fatalismo.
Mientras tanto yo puedo apreciar un caído sentimiento de desencanto dramatúrgico. La agonía allí se ahoga sin nada de agonía. Esa quietud apaga el gusto por ver un juego de virtualidades distintas. Allí se pierde la realidad virtual que no me agarra sin ningún previo aviso de lo palpitante. No me asustan no por ningún momento atrapador. Ya fuera de esa idea quieta; veo otro ideal y es que esta comunicación visual de godard, parece disolver una fantasía de cine, sin nada espejos rajados.
Luego lo que yo veo viene siendo un derrumbe de puras tragicomedias picarescas. Así que mi realidad maravillosa de pronto resuelve ser una comedia toda llena de malos aplausos humanitarios. No se aparece además ningún ingenio asustador. Esa debilidad rebaja además el costo de una boleta pesimamente comprada. Así que todos los dueños del teatro no tienen nada de derecho de echar a la gente. Ellos tienen que remunerar la bromita del tal godard; mejor que pongan una mitología y ella más presentable.
Ahora bien, si miro otras visiones asombrosas, hay aquí, una creación del poquito cine lentísimo, hecho por el chistoso de godard. El inventor parece ser algo bufoncito y parece que él mantiene todo cargado de carajadas exageradas. De por ratos el metraje de tedio vuelve siendo una ofensa sobrepasada. Al parecer nuestro director no hace sino lanzarme tomates rojos en la cara. Lo hace por la invención suya de contranovela. No se preocupa por lo ficcional y tampoco por lo realista. Tal vez allí faltó una posibilidad de chillidos bien recurrentes y asustadores. De pronto así, si se hubiera hecho una ideología tenebrosa, ello, despertaría una mayor atención sugestiva, ello, originaria además un mejor gusto de audiencia, sobre este género de argumental, casi no ficcional.
Desde luego, si ahora miramos un día sobre otro día, hastiado de hastío, sólo hoy me digo un verso distinto de tristeza y enseguida procuro un poco de alegría. Una mujer desnuda junto a su belleza nocturna. Mientras tanto yo solamente me voy hoy atrás de la fascinación de la ciencia ficción. De hecho yo no quiero ver ya ninguna otra película con ambientes ajenos a mi presencia del instante. Esa construcción cansa al ser ávido de acción y de juegos laberínticos. De mi parte ayer yo pude terminar de ver esa lentísima historia del director godard. Pero para mí la sin gracia de haber llegada al final de su pesadilla siniestra, eso fue algo así como un milagro invertido, ayer, mirando toda una presencia al revés. Luego veía a toda una humanidad evocando esa canción de la paz mundial que tanto deseamos. Me sucede entonces dar mi criterio de aburrimiento sobre algunos de los capítulos mal construidos por nana y su resto de amigos actorales. Se pasea sólo allí una vida no dramática entre los paseantes de las calles desoladas. No hay casi ninguna angustia fatal sino hasta el final algo desinteresado. Además hay una mujer engendrando una mala actuación de pura novatilla. Sus puestas en acción no se iluminan en lo más mínimo de la gracia. Desganosamente ella parece ser una prostituta parisina. La mujer realmente parece estar afuera de la ficción suya. Desde luego la fotografía es fenomenal de momento cuando se pintan las calles disidentes. Eso rescata una que otra mirada de algunos rincones más bien europeos; pero si ahora, yo señalo, la construcción histórica del filme, por lo pronto, elle define, una creación de desinterés individual.
En todo caso yo presiento una rutina de vida hundida abajo de un sopor cotidiano arrastrándose bajo la sociedad francesa. Pues se aparecen allí algunos artistas de francia sufriendo el absurdismo de una ciudad algo infecciosa. No hay sino decadencia en cada cloaca callejera. Toda la locura de un contra arte se hace asimismo presente con la primera escena contradictoria de vivir una locura. Esa inicio de lugar te suelta de golpe una sobrada montonera de pesadillas espejantes. La toma visual del desconcierto comienza raramente adentro de un bar de clase urbana. Hay mientras tanto una pareja de esposos prendiendo en llamas lo restos de su divorcio. Ellos andan mal humorados y ellos son además grabados de espaldas a la ilusión focal. Ambos se miran entretanto algo distraídos y ellos no saben sino hablar sobre su pocotón de cosas mundanas. La mujer allí se ve algo bonita y bien arreglada con su peinado sesentero. Pero entonces sus muecas retorcidas dicen que ella quiere separarse del marido suyo. Luego ellos dos se distancian y ella deja atrás el apego de su marido. Además ella deja al hijo suyo que ella tuvo distraídamente desde su metáfora intuitiva. Entretanto sobre la intención de grabar de espaldas veo que hay ahora una ruptura con los paradigmas del ayer clásico. Parece ser la toma una propuesta experimental. De todos modos casi no me gustó apreciarla fugazmente. Y por si fuera poquita la broma, todo el público, aquí, no sabe de la realidad alternativa, pues los rostros, ni del hombre y ni de la mujer; no son develados explícitamente, tras la primera captura ficcional. Pasa por ahí nomás la jovencita buenona del bar. Ella sirve los tintos a los dos espesos parlanchines. Entre tanto allí adentro se espera una nada de no esperar nada valioso. Sólo tomar algún café a sorbos lentos junto a una mujer sin sueños vivos. Y la mujer distante del intelecto del hombre; por lo tanto, aquí se muestra una realidad anti social. Recoge el hastío de percibir un día similar al otro día de los sin días. Eso es grita en esa sociedad francesa donde se grabó una nana de pura y física necedad. Además pasa nomás por allá una luna del sol por sobre las caras arrugadas de los romances despedazados. Pero ellos no se dan cuenta del cuento que alguna vez ellos presenciaron tan fugazmente. Un cuento donde todos los humanos se quedaron viejos en los poquitos años del tiempo sin tiempo. Pero después uno presiente alguna multitud de gente y ellos dando las ganas de ser personas distintas; toda una masa de niños, toda una muchedumbre de huérfanos, ellos, queriendo tomar hoy un sueño de más jardines rojos y con ríos de agua más limpia, ellos, tratando de rechazar sus propias pesadillas, tan mortíferas y ellas tan suyas. Y ahí así, sólo entonces, ellos, serán otros seres humanos, ellos ahí sí, viviendo su vida de real evanescencia.

Rusvelt...

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